martes, 21 de enero de 2020

Claveles blancos y rosas rojas...

Hemos visto en clase algunas de las estrofas más habituales en la literatura: pareado, terceto, cuarteto, serventesio, etc. Pero, además de esto, la poesía nos puede ofrecer mucha diversión a través de la palabra. Observad una entretenida anécdota de uno de los poetas más reconocidos de nuestra literatura: Quevedo.

Quevedo fue uno de los grandes escritores del Siglo de Oro. Pero además, aprovechó algunas de sus composiciones para atizar a diestro y siniestro a personajes de su época (especialmente duras fueron sus disputas con el otro gran escritor del momento Góngora, aunque de esto ya hablaremos en otro momento).

Veámos ahora como Quevedo fue capaz de ganar una complicada apuesta a unos amigos... : En una reunión, Quevedo apostó con algunas de sus amistades que tendría la valentía de mencionar delante de la Reina el problema físico que ésta sufría.

¿Sabéis que artimaña utilizó el agudo escritor?

Se armó con un ramo de claveles y otro de rosas, se presentó en la Corte y ante la propia reina dijo:

"Entre claveles blancos y rosas rojas
su majestad escoja"

¿Cómo ganó Quevedo su apuesta? 
¡Analizad las palabras del poeta para descubrirlo! Lo resolvemos en clase.

Por aquí os dejo una foto de Don Francisco de Quevedo.

La Falsa Oveja

Saludos estimados alumnos. Aquí va mi primera propuesta en este blog.
Os entrego en esta entrada una fábula. Las fábulas son narraciones breves que nos aportan alguna enseñanza llamada moraleja.

Es esta una actividad para aquellos alumnos que necesitan mejorar en la comprensión lectora, pero por supuesto, todos podéis emplear unos minutos en leer esta fábula y valorar que podemos aprender de ella.

LA OVEJA FALSA

Era un tiempo de mucha hambre para los zorros… y había uno que ya no
Aguantaba más. Tenía hambre, es cierto, pero todos los rediles estaban muy altos y había muchos perros. Entonces el zorro pensó:

-Aquí no es cosa de ser tonto: hay que ser astuto.

Se fue hacia el molino, y aprovechando que el molinero estaba distraído, se revolcó en la harina hasta quedar blanco. Y en la noche se fue hacia el redil:
-Mee, mee –balaba como una oveja-. Salió la pastora, vio un bulto blanco en la noche y dijo:

-Se ha quedado afuera una ovejita.

Abrió la puerta y metió al zorro cubierto de harina al corral. Los perros ladraban y el zorro se dijo:

-Esperaré a que los perros se duerman, lo mismo que las ovejas. Después buscaré al corderito más gordo y ¡guac!, de un mordisco me lo comeré. Madrugaré, apenas abran la puerta, echaré a correr y a ver quién me alcanza.

Como dijo así lo hizo, pero no llegó a salir. Y es que él no contaba con el aguacero. Con la lluvia comenzó a quitársele la harina, y una oveja que estaba a su lado vio blanco el suelo y pensó:

-¿Qué oveja es ésa que se despinta?

Al ver que era el zorro, se puso a balar. Las demás ovejas también lo vieron entonces y balaron y vinieron los perros y con cuatro mordiscos acabaron con él.

Aprended que… siempre hay algo que no está en los planes de los más astutos.

Ciro Alegría (Fábulas y leyendas americanas)

Copia y realiza las siguientes actividades en tu cuaderno:

¡Atención Preguntas!

1.- ¿Qué personajes intervienen en la fábula?
2. ¿Por qué no podía el zorro entrar en el redil?
3. ¿De qué se disfrazó el zorro para entrar en el redil?
4. ¿Qué pensó la pastora cuando vio un bulto blanco?
5. ¿Dónde consiguió el zorro la harina?
6. ¿Cómo se dieron cuenta los perros del engaño?
7.- Une con flechas:

redil                  hábil para engañar
balido               vallado para animales
aguacero         voz de los ovinos
Astuto              lluvia abundante


8. ¿Crees que el zorro actuó bien?


Fuente: CEIP Loreto.

domingo, 19 de enero de 2020